La venta de Borja Mayoral al Getafe no hace más que demostrar nuevamente la fábrica de talento que tiene el Real Madrid en Valdebebas. No es sencillo hacerse un hueco en el primer equipo madridista viniendo desde abajo y, prueba de ello, es que en estos momentos sólo Carvajal, Nacho, Lucas Vázquez –pertenecientes a la última generación que ascendió con el Castilla a Segunda– y Mariano pueden considerarse plenamente canteranos de los jugadores que integran la plantilla. Pero, aunque los jugadores formados en la casa no tengan hueco en el vestuario, sí que encuentran acomodo en clubes de primer nivel a lo largo y ancho del territorio europeo. Algo que, con la salida de Mayoral, ha reportado al club cerca de 420 millones de euros en los últimos años.
El delantero de Parla se va a cambio de 10 millones de euros, pero desde que se marchó cedido por primera vez, en 2016 al Wolfsburgo, ha dejado otros 9,5 millones en concepto de préstamos. En total, suma 19,5 millones él sólo, a los que se suman los seis percibidos por Gila –Lazio– y otro por Chust –Cádiz–.
Pero hasta 21 jugadores más han llenado las arcas en las últimas temporadas. Entre todos, destaca Álvaro Morata. El actual jugador del Atlético de Madrid ha movido más de 100 millones en las dos etapas que ha estado en el conjunto blanco. Cuando se marchó por primera vez a la Juventus, los italianos pagaron un total de 22 millones por sus servicios, mientras que cuando puso rumbo al Chelsea, antes de regresar a la capital española para ponerse a las órdenes de Simeone, dejó 80 millones más.
Entre las últimas ventas más productivas de futbolistas criados en Valdebebas destaca también las de Achraf, que reportó al club 45 millones por su venta al Inter y que luego supuso otros cinco tras su fichaje por el PSG. Ese mismo año, el verano de 2020, el club se desprendió de Reguilón por 30 millones y de Óscar Rodríguez, entre otros, por 15 millones por el 75% del traspaso de sus servicios al Sevilla. Además, recibieron otros 10 millones por los movimientos de sus canteranos.
El pasado curso, Martin Ödegaard emprendió una nueva aventura al marcharse definitivamente al Arsenal, a cambio de 35 millones, a los que hay que sumar los cuatro que había dejado ya por sus cesiones en los años anteriores. Además, en la 19-20 se marcharon Marcos Llorente al Atlético de Madrid, por 40, y Raúl de Tomás al Benfica a cambio de 25 kilos. El actual delantero del Espanyol dejó la misma montante que la primera gran joya que salió de Valdebebas hace ya seis veranos, Jesé, cuando se fue al PSG.
Desde aquel verano, jugadores con mayor o menor renombre han ido abandonando el club, reportando una buena suma para el club, entre los que figuran nombres de futbolistas que hoy por hoy están en Primera división, como son Cheryshev, Diego Llorente, Torró, Omar Mascarell, Javi Sánchez o el propio Mariano, que cuando se fue al Lyon dejó ocho millones.